Abanca, CaixaBank y BBVA lideran una nueva era de inversión inmobiliaria para grandes patrimonios en Europa
10/07/2025 - ⏱️ 2 min
MADRID – En los últimos días, el enfoque de la banca privada española se ha desplazado de la gestión tradicional de activos financieros a la inversión directa en bienes raíces. Entidades como Abanca, CaixaBank y BBVA, junto a otros actores —Santander, Bankinter, Alantra o Andbank— han lanzado o colaborado en vehículos ad hoc para canalizar cerca de 4.000 millones de euros del segmento de alto patrimonio hacia inmobiliario, destacando tendencias clave en el real estate europeo.
Modelos mixtos: Socimis, coinversiones y alianzas especializadas
Bankinter lidera con creación de diversas socimis, incluyendo Montepino, Ores, Atom y Palatino, recaudando más de 2.300 millones de euros provenientes de grandes clientes. Este modelo permite al banco asociarse con gestores especializados y utilizar combinaciones de capital propio, aportes de clientes e instrumento deuda.
Abanca, por su parte, ha anunciado el lanzamiento de su primera socimi institucional, con vista a lanzarla a principios de 2026, ajustándose a las condiciones de tipos y mercado actuales. Aunque hasta ahora su actividad se centraba en consultoría e intermediación, esta estrategia marca una transición hacia una presencia más estructurada en el capital inmobiliario.
CaixaBank y BBVA no han constituido sus propios vehículos, pero ofrecen a clientes de banca privada acceso a fondos inmobiliarios consolidados gestionados por terceros en un modelo de plataforma diversificada.
Andbank y Alantra: especialización geográfica y de segmento
Andbank ha impulsado cerca de 20 vehículos con un capital de unos 500 millones, centrados en residencias y hoteles en Madrid, Barcelona, Galicia, Portugal y Baleares, utilizando tanto estructuras tipo socimi/SICC como vehículos de capital riesgo para activos hoteleros.
Alantra ofrece fondos de deuda inmobiliaria, con aproximadamente un tercio del capital proveniente de patrimonios familiares, destinándose a múltiples operaciones en Europa. Estos fondos han permitido obtener rentabilidad similar a la inversión en activos físicos, pero con menor riesgo directo.
Factores de cambio: de la diversificación a la resiliencia
Tres fuerzas están transfigurando este giro inmobiliario:
- Entorno de tipos elevados, que favorece el modelo asset-backed frente a la volatilidad del mercado financiero.
- Mayor apetito por activos core y core-plus, que ofrecen flujos estables y protección contra inflación.
- Demanda creciente por productos ESG y residenciales, alineada con políticas europeas verdes y sociales.
En España, los grandes patrimonios asignan entre el 35–45 % de su cartera al ladrillo, frente a un 20 % en productos alternativos y un 45 % en activos financieros tradicionales.
Avances relevantes en el sector inmobiliario europeo
Este fenómeno, replicado en otros mercados de la UE, impulsará:
- Fortalecimiento del mercado secundario inmobiliario europeo: más liquidez y opciones para inversores privados.
- Mayor profesionalización de gestores y estructuras: socimis, fondos IFM/capital riesgo, y coinversiones especializadas.
- Diversificación temática: integración de vivienda, retail, logística, hotel y residencial asistido en carteras patrimoniales.
Por ejemplo, las adquisiciones recientes del centro comercial Ballonti (Santander/Sprea) y Moraleja Green, o el próximo lanzamiento de la socimi de Abanca, son ejemplos palpables de esta estrategia integrada.
Reto regulatorio y retos de integración
No obstante, surgen desafíos: las entidades deben asegurar la transparencia, evitar conflictos de interés y mantener el cumplimiento normativo de CNMV y BCE. Además, garantizar que estos vehículos ofrezcan gobernanza independiente será clave para atraer capital institucional.
Asimismo, la competencia por activos prime en mercados maduros como Madrid, Barcelona, París o Berlín podría desencadenar presiones en yields y valoración del suelo.
Conclusión
La apuesta de entidades como Abanca, CaixaBank y BBVA por estructuras inmobiliarias avanzadas —desde socimis hasta fondos de deuda y coinversiones especializadas— marca un hito en la profesionalización del real estate en Europa. La estrategia se alinea con un inversor de patrimonio exigente que busca estabilidad, diversificación y exposición ESG. Si esta nueva ola se consolida, podría redefinir el mapa del capital privado inmobiliario europeo en la próxima década.
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