España bate récord de compraventa residencial: prosperidad inquietante en 2025
13/08/2025 - ⏱️ 3 min
En el primer semestre de 2025, el mercado inmobiliario español ha alcanzado una marca inédita desde la cúspide de la burbuja inmobiliaria. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se registraron 357.533 compraventas de vivienda, la cifra más alta desde 2007 y un notable incremento del 20 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Este impulso ha sido transversal. Ninguna comunidad autónoma ha permanecido al margen: Castilla y León (+31,4 %), La Rioja (+30,3 %) y Castilla-La Mancha (+26,7 %) encabezan los mayores repuntes, y solo Navarra muestra una ligera contracción (–0,8 %).
Demanda incansable y oferta limitada
El fenómeno se sustenta en una demanda realmente sostenida, no en el reciclaje de necesidades postpandémicas. La mayoría de las operaciones corresponden a vivienda de segunda mano (78 %), ya que la escasez de obra nueva limita la oferta. Aunque el voto de confianza económico y laboral impulsa la compra, la presión sobre el acceso a la vivienda continúa siendo máxima—especialmente para jóvenes, migrantes y colectivos vulnerables.
El desequilibrio estructural es más claro que nunca. La penetración de fondos de inversión y la elevada participación de extranjeros —un 14 % de las compras— refuerzan el carácter dual del mercado: oportunidad para inversores, obstáculo para compradores locales.
Geografía del boom inmobiliario
Aunque ciudades como Madrid y Barcelona tradicionales epicentros del mercado —y casi al nivel de 2007 en algunos casos— mantienen su dinamismo, el crecimiento más fuerte se dispara en zonas antes periféricas o apenas residenciales: un claro signo del cambio locacional en la contestación inmobiliaria.
Este fenómeno responde a un mecanismo social y urbano que ya no es sostenible: saturación, altos precios en áreas centrales y el empuje demográfico diseminan la presión hacia territorios con infraestructuras en mejora, conectividad creciente y, por ahora, mayores márgenes de desarrollo.
¿Celebrar el récord o alarmarse por sus consecuencias?
Sin duda, los volúmenes de compraventa revelan un sector vivo, activo y con apetito inversor. Pero detrás del dato positivo se esconde una realidad preocupante. El mercado avanza sin que la construcción de vivienda nueva aproveche el impulso de la demanda: apenas representa un 22 % de las transacciones, mientras que la vivienda protegida es anecdótica.
El crecimiento se está dando sobre una base frágil. El riesgo no está en una burbuja—como en 2007—sino en un mercado cada vez más inaccesible para amplios perfiles de la población. El acceso a la vivienda pierde competitividad frente al consumo, el ahorro o la vida, especialmente en hogares jóvenes y con rentas limitadas.
Ante esta tensión, la política pública, el sector privado y la sociedad deben generar soluciones estructurales: promover obra nueva, vivienda asequible, renovación urbana, accesibilidad real y medidas que armonicen rentabilidad inmobiliaria con cohesión social.
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Disclaimer: Este artículo tiene únicamente fines informativos y no constituye en ningún caso una recomendación o asesoramiento de inversión.