El sueño inmobiliario europeo se complica para los británicos tras el Brexit
27/08/2025 - ⏱️ 2 min
Lo que durante años fue un símbolo de estatus y calidad de vida para miles de ciudadanos británicos —la adquisición de una segunda residencia en la costa española, el sur de Francia o la Toscana italiana— se enfrenta ahora a un contexto más restrictivo y costoso. Los cambios regulatorios y fiscales en varios países de la Unión Europea, junto con los límites de movilidad impuestos tras el Brexit, han transformado radicalmente la experiencia de poseer y rentar una vivienda fuera del Reino Unido.
De acuerdo con un reciente análisis de Financial Times, la combinación de la desaparición del estatus de “non-dom” en el Reino Unido, las nuevas limitaciones de estancia en el espacio Schengen (90 días en un periodo de 180 sin visado), y la creciente regulación del alquiler turístico y de la eficiencia energética en la UE, ha incrementado las barreras de entrada para los británicos que buscan oportunidades inmobiliarias en el continente.
Un nuevo marco tras el Brexit
Desde abril de 2025, el Reino Unido ha sustituido el régimen fiscal de los “no domiciliados” por un sistema de exención temporal de cuatro años sobre rentas extranjeras, una medida pensada para atraer capital y profesionales altamente cualificados. Sin embargo, este cambio ha tenido un efecto indirecto: los británicos residentes en su país que aspiran a adquirir una vivienda en Europa ya no gozan de los mismos beneficios fiscales que en el pasado.
En paralelo, el estatuto de ciudadanos extracomunitarios limita sus estancias a 90 días en cualquier periodo de 180 dentro de la zona Schengen, lo que complica el uso prolongado de segundas residencias en España, Francia, Italia o Portugal. La perspectiva de visados específicos para estancias largas sigue en debate en varios Estados miembros, pero la incertidumbre normativa añade presión a los compradores potenciales.
Fiscalidad y restricciones locales
Las autoridades europeas, presionadas por la creciente crisis de acceso a la vivienda y las protestas contra el turismo masivo, han endurecido las reglas de uso y arrendamiento:
- Francia ha prohibido desde el 1 de enero de 2025 alquilar viviendas con calificación energética G, obligando a los propietarios a realizar costosas reformas para mantener la rentabilidad de sus activos (HuffPost, 29 de julio de 2025).
- Barcelona ha anunciado la no renovación de las licencias de viviendas de uso turístico (VUT), con el objetivo de reducir la presión sobre el mercado residencial y favorecer el alquiler a largo plazo (El País).
- Portugal modificó en 2024 su normativa de alojamento local, limitando nuevas licencias en Lisboa y Oporto para contener la tensión inmobiliaria (Garrigues).
- España, el Gobierno de coalición planteó a inicios de 2025 un recargo fiscal del 100 % sobre viviendas vacías en manos de propietarios no residentes. Aunque la propuesta aún se encuentra en debate parlamentario y no ha sido aprobada, ha generado inquietud entre potenciales compradores británicos (Financial Times).
El reajuste de la demanda británica
Tradicionalmente, los británicos han liderado la compra de viviendas en España, especialmente en la Costa del Sol, Alicante y las Islas Baleares. Sin embargo, la conjunción de trabas fiscales y administrativas podría estar redirigiendo parte de esa demanda hacia otros mercados menos regulados o hacia nuevas fórmulas de inversión.
En Italia, por ejemplo, ciudades como Florencia han impuesto prohibiciones a nuevas licencias de alquiler turístico en el centro histórico desde mayo de 2025 (Idealista/news), una medida que, si bien protege a los residentes locales, puede desalentar a inversores extranjeros.
Este panorama ha fomentado el interés en soluciones alternativas como la copropiedad inmobiliaria o los modelos de gestión flexible (co-living, alquiler por habitaciones, serviced apartments), que ofrecen mayor adaptabilidad en un entorno cambiante.
Repercusiones para el sector inmobiliario europeo
El reequilibrio de la demanda británica obliga a promotores, gestores y plataformas de inversión a reconfigurar su estrategia de captación. Los fondos institucionales, así como inversores individuales de fuera de la UE, están analizando más detenidamente la fiscalidad comparada y la sostenibilidad de las regulaciones locales antes de realizar nuevas operaciones.
En el caso de España, la presión sobre el mercado del alquiler y la clasificación de “zonas tensionadas” han elevado la necesidad de transparencia y colaboración público-privada. Para el sector PropTech, esta dinámica representa tanto un desafío como una oportunidad: facilitar información clara y actualizada será clave para atraer y retener inversores extranjeros en un momento de elevada incertidumbre.
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Disclaimer: Esta información procede de fuentes verificadas como Financial Times, El País, HuffPost e Idealista/news. Su contenido es exclusivamente informativo y no constituye en ningún caso asesoramiento ni recomendación de inversión.